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Muchas veces no es necesario conocer a una persona para que su historia nos llegue en lo más profundo. Un legado puede generar una secuencia de acciones que generan beneficio a quiénes menos lo imaginan.

 

Tal es el caso de Daniel Arce. Con tan solo 15 años un dolor de rodilla terminó conviertiéndose en cáncer de hueso.

 

Su madre, Ligia Bobadilla, lo describe como un joven atlético, amante de la música y que a pesar del diagnóstico que le fue dado nunca perdió su esperanza y ganas de luchar.

 

 

 

Tras la partida de Daniel en el 2008 su familia emprende un nuevo viaje, el inicio del Proyecto Daniel, Asociación Pro Ayuda a Jóvenes con Cáncer y otras enfermedades crónicas. Esto permitió que se hiciera el sueño de este joven realidad.

 

Deseaba poder ayudar a quiénes sufren lo mismo que él creando espacios que sean destinados selectivamente a aquellas personas que oscilan entre los 13 y 21 años.

 

Los medios de comunicación interesados por está historia de vida dedican su tiempo para conocer más acerca de este proyecto con el fin de que sea de interés de los costarricenses.

 

Actualmente se han inaugurado salas en los hospitales México y San Juan de Dios debidamente equipadas para  quiénes se encuentran combatiendo una enfermedad puedan poder llevar la carga de la forma más placentera posible.

 

 

Más que una simple historia de vida

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